Como si de un segundo a otro el cielo se hubiese abierto, todo el inmenzo cielo dibujado en las nubes que se reflejan en las montañas de Pisac formando pequeñas figuras de niños acariciando alpacas, su historia en las montaña hacen respirar entrecortado el paso del caminante.
El tiempo se ha suspendido en un broche de plata de zoomorfo aspecto, los niños pegados a las espaldas de su madre como si fuesen una única especie mítica de amor perdido en la modernidad, niños, mujeres y hombres peruanos de rasgos de origen, ojos pequeños profundizados en pómulos oscuros y salientes, mirando al alma del latinoaméricano.